VOLUMEN 21,  PRIMER EDICIÓN,   enero, 2002

Volumen 21 Primer Edición
Índice

 
 
Legislación antiterrorista es anti 
derechos y libertades civiles

Por Akilah Monifa

Cuando John Ashcroft se convirtió en el Procurador General de Justicia, muchas personas temieron el impacto negativo que tendría en los derechos y libertades civiles. Ahora, esos temores se han convertido en realidad.

Ocho días después de los trágicos eventos del 11 de septiembre, Ashcroft propuso al Congreso una legislación por medio de un proyecto de ley antiterrorista arrolladora. La propuesta de ley entró a la vía rápida, se aprobó como ley y fue firmada por el Presidente Bush el 26 de octubre después de haberse saltado muchos procesos.

El Senado aprobó la propuesta de ley con votación 98 a favor y 1 en contra, siendo el senador demócrata por el estado de Wisconsin, Russ Feingold, el único en contra. El voto en la Cámara de Representantes también fue arrasador aun cuando hubo más votos en contra en comparación. Se aprobó 365 a favor y 66 en contra.

Orrin Hatch, senador republicano por el estado de Utah con señoría en el Comité Judicial, declaró: "No conozco a nadie en este país que en este momento le tenga miedo a quienes hacen cumplir la ley. Le tienen miedo al terrorismo." Pues con todo respeto, Senador Hatch, tal vez usted no conozca a las mismas personas que yo conozco. Muchos de nosotros le tenemos miedo tanto a quienes hacen cumplir la ley como a los terroristas.

Antes del 11 de septiembre, los perfiles raciales se enfocaban en afro americanos y latinos americanos y conocíamos bien todas aquellas frases alusivas como: manejando mientras siendo de color (DWB por sus siglas en Inglés) o de compras mientras siendo de color (SWB por sus siglas en Inglés). Pero después del 11 de septiembre, nos damos cuenta de que los árabes americanos, los asiáticos del sur y los musulmanes están pasando a primer plano en perfiles raciales y comentarios racistas como: volando mientras siendo árabe (FWA por sus siglas en Inglés) o volando mientras siendo de color (FWB por sus siglas en Inglés).

Ashcroft dijo que el objetivo de la ley es barrer las calles de aquellos a quienes se les sospecha de ser terroristas. Pero el problema es que la ley entra en conflicto con la Constitución. Feingold, de la Unión Americana de Libertades Civiles y otros están muy preocupados—y con razón—sobre cómo esta ley va a afectar en cuanto a cateos y castigos anticonstitucionales.

Entonces, ¿exactamente cómo es que esta ley infringe nuestros derechos civiles y libertades? A continuación se listan algunas de estás maneras de acuerdo a la Unión Americana de Libertades Civiles.

1. Ashcroft tendrá el poder para detener a no-ciudadanos basándose únicamente en sospecha y podrá negarle la readmisión a los Estados Unidos a no-ciudadanos (incluso a residentes permanentes legales) por expresarse de maneras que antes estaban protegidas por la Primera Enmienda.

Más de 1000 sospechosos ya han sido arrestados en conexión con los ataques del 11 de septiembre y la gran mayoría de ellos aún siguen bajo custodia. De acuerdo con la ley, a los inmigrantes de quienes se sospeche de realizar actividades terroristas podrán ser detenidos por siete días sin ser acusados de nada y en algunos casos, ser detenidos por hasta seis meses más.

2. Habrá mínima supervisión judicial por autoridades regulatorias en vigilancia de conversaciones telefónicas y actividades por Internet en investigaciones antiterroristas y en investigaciones de rutina no relacionadas con el terrorismo. Una posible consecuencia sería que se llevaran a cabo escuchas, sin ningún control, de conversaciones por teléfono fijo, teléfono celular, correo electrónico, Internet y conversaciones por computadora.

3. El gobierno ahora ha expandido poderes para llevar a cabo cateos secretos tanto en casos de terrorismo como de no-terrorismo. El gobierno puede entrar a su hogar cuando usted no esté y no decirle hasta mucho después.

4. Ashcroft y el secretario de estado tendrán el poder para categorizar a grupos domésticos como organizaciones terroristas e impedirle la entrada al país a cualquier no-ciudadano que pertenezca a ellos. El simple hecho de ser miembro puede ser motivo de deportación.

5. El FBI podrá acceder a todo tipo de información, ya sea comercial, médica o de educación, sin tener que obtener una orden de un juez.

6. La definición de "terrorismo doméstico" es tan amplia que a personas involucradas en protestas políticas se les pudieran realizar escuchas de sus conversaciones telefónicas y merecer castigos mucho más severos.

"Hemos luchado muy duro por nuestros derechos y libertades civiles para dejar que nos los quiten a nombre de Osama bin Laden," dijo el representante demócrata por Illinois Jesse Jackson Jr.

Jackson tiene razón. No debemos dejar que nuestros temores se interpongan en el camino de nuestros principios. Debemos hacer valer nuestros derechos y libertades.

 

Akilah Monifa es una escritora independiente que radica en Oakland, California. Se le puede localizar por correo electrónico en pmproj@progressive.org Este editorial se publico el 30 de octubre, 2001.

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