Y aunque la Junta de Supervisores del Condado, fungiendo como Junta del
Distrito, accedió a mejorar algunas áreas de su programa, no puso en
práctica nueve recomendaciones claves hechas por la Junta de
Recursos del Aire. Entre ellas, una que hubiera aumentado la cantidad
mínima de las multas a $500 y otra que hubiera aumentado los estándares
de control de emisiones para igualarlos a los estándares de otros
condados del estado.
Se trató a EHC y a la comunidad con falta de respeto
El proceso comenzó con una fricción entre los miembros de la
comunidad y personal del condado cuando un comisario uniformado ordenó a
los ciudadanos que se quitaran sus corazones rosas antes de entrar a la
asamblea. Ni una sola persona accedió a esté descarado atento de
negarles su derecho de libre expresión.
El Supervisor del Condado Bill Horn repetidamente interrumpió tanto a
Paula Forbis, Co Directora de la Campaña de Barrios Libres de Tóxicos de
EHC, como a Melanie McCutchan, Asociada de la Campaña de Tóxicos del
Aire de EHC durante su presentación limitada a quince minutos. Después,
Horn las criticó por la manera en que utilizaron su tiempo de
presentación. Se quejó de que Forbis y McCutchan habían usado la mayor
parte del tiempo permitido dejando menos de un minuto para la
presentación de la Organizadora Comunitaria Francisca Jiménez de la
Campaña de Barrios Libres de Tóxicos. Además, dijo entre líneas que
EHC había solicitado tiempo para una presentación de tres personas sólo
para que una de ellas tuviera tiempo extra para hablar ante la Junta, no
para hacer una presentación de tres partes.
Jiménez, sin embargo, usó el tiempo que le quedaba para responder
enérgicamente a las críticas de Horn diciéndole, "Si todos ustedes
hicieran cumplir las leyes de contaminación del aire en San Diego tan
estrictamente como usted está imponiendo las reglas de esta asamblea, no
estaríamos en la situación en la que estamos." Esta declaración
resultó en el aplauso explosivo del público y el ceño fruncido de Horn.
El comisario que anteriormente había pedido a los miembros de la
comunidad que se quitaran sus corazones de San Valentín, exigió que más
de ocho señoras latinas salieran de la asamblea porque, como dijo, no
estaban sentadas o sus hijos estaban hablando o riéndose. El comisario
dijo que simplemente estaba haciendo cumplir las pólizas del condado. Sin
embargo, de acuerdo a un artículo de Marty Graham publicado el 15 de
febrero en el periódico North County Times, cuatro hombres blancos
residentes de Jacumba continuaron hablando, riéndose y señalando con sus
índices, así como cuatro hombres de traje, también blancos, continuaron
de pie en los pasillos mientras que el comisario sacaba a las
mujeres y a los niños.
"Me pareció incorrecto el que me hayan sacado de una audiencia
pública simplemente porque mi hijo estaba parado en el asiento junto al
mío," dijo Rogelia Urcino, una de las personas que asistió a la
audiencia para apoyar a EHC. "Yo no me merezco el trato que recibí.
Esta no es la primera vez que yo asisto a una audiencia pública, pero sí
es la primera vez que me sucede algo así."
Ana María Estrada también se sintió ofendida por la manera en que
ella y otras señoras latinas fueron tratadas por el condado.
"Yo entiendo que el tener niños correteando mientras se celebra
una audiencia pública puede ser difícil. Sin embargo, no me pareció
justo que se mandara al resto de los miembros de la comunidad al segundo
piso. No había motivo para la discriminación y la mala actitud del
guardia," dijo Estrada.
EHC contrató a la Traductora Gabriela Hussong para que interpretara al
español la audiencia para los miembros de la comunidad que asistieron y
que no entendían inglés. A estas personas se les proporcionaron
audífonos por los cuales podrían recibir la traducción del proceso en
tiempo real. Hussong comenzó a interpretar la audiencia de pie cerca del
frente de la sala, hablando lo más quedo posible y cubriéndose la boca
con algunos papeles para no molestar a la gente a su alrededor.
El comisario forzó a Hussong a cambiarse de lugar dos veces. Primero
la reubicó un piso más arriba a un balcón con paredes de cristal con
vista a la sala. "El sonido en el balcón proveniente de las bocinas
no estaba lo suficientemente alto. Apenas si podía oír lo que se estaba
diciendo en la sala," dijo Hussong. El Supervisor Horn le dijo al
periódico Times que ordenó que se sacara a la traductora porque
pensó que ella estaba hablando por un teléfono celular. Sin embargo,
varios minutos antes de que se sacara a la traductora, Paula Forbis había
hablado con la Secretaria del Condado mostrándole el equipo de
interpretación y explicándole que los audífonos no eran de un teléfono
celular.
Después de preguntarle al comisario si podía regresar a la sala, la
Traductora fue reubicada a un cuarto del otro lado del pasillo de la sala
de la audiencia, desde donde ella continuó interpretando de un monitor.
En el cuarto donde estaba este monitor había gente tratando asuntos y
negocios privados. "La señal de mi radio no salía de ese cuarto,"
dijo Hussong. "Hubo por lo menos 30 minutos durante los cuales mi
señal no alcanzó a los miembros de la comunidad porque no podía pasar a
través de los muros del cuarto, cosa que previno a los miembros de la
comunidad de entender lo que se estaba diciendo en la junta."
Después, ella se cambió al pasillo, estirando el cuello para alcanzar a
ver el monitor y continuó interpretando entre la gente que circulaba por
el pasillo.
"Esto fue discriminación contra la gente que no entiende inglés,"
ella dijo. "Esta era una audiencia pública y esta gente no tuvo el
mismo derecho a entender lo que se estaba diciendo."
La comunidad se marchó con el corazón roto
El Distrito hace cumplir los reglamentos estatales de contaminación
del aire, expide notificaciones de infracciones e inspecciona las
compañías que contaminan. Cada diez años el estado le hace una
auditoría a la agencia del condado para evaluar sus programas y su
desempeño. La Junta de Recursos del Aire de California le hizo una
auditoría a los programas del Distrito en 1999 y en julio del 2000
publicó su informe de los hallazgos de la audiencia. Armadas con
información obtenida de la audiencia estatal y con horas de
investigación sobre los problemas que enfrenta San Diego en cuanto a
contaminación del aire, el personal de EHC presentó ante la Junta
recomendaciones para las tan necesarias mejoras a los programas del APCD.
(Para detalles, vea la tabla a la derecha)
"Por mucho tiempo el APCD ha respondido a los intereses de la
industria de San Diego sin considerar el efecto que esto tiene en su
cumplimiento a las leyes de calidad del aire y el impacto que causa a la
salud pública. El APCD ahora tiene la oportunidad de dar marcha atrás a
esta tendencia y de convertirse en líder en la lucha por lograr aire
limpio en esas comunidades," dijo Paula Forbis ante la Junta. Algunas
personas de la comunidad también ofrecieron su testimonio ante la Junta
sobre el impacto a la salud y al bienestar general que ocasionan las
industrias que infraccionan las leyes de contaminación del aire.
Después del testimonio público comenzó una discusión larga y
tendida entre algunos supervisores y Richard Sommerville, el oficial a
cargo del control de contaminación del aire en el distrito. Al final de
cuentas y aun cuando a veces parecía ser un duro interrogatorio por la
Junta, unánimente aprobaron las recomendaciones iniciales de su personal.
"La Junta es muy severa con su personal, pero en realidad, es la
Junta quien establece las pólizas. Ahí comienza y termina el problema de
hacer cumplir la ley," dijo Forbis. "Mientras que la decisión
del día de hoy da inicio al progreso, muchos de los detalles de los
planes de la Junta para mejorar sus programas se están dejando a
discreción del personal," dijo Forbis. "Poner en marcha estos
planes requerirá de vigilancia pública constante para asegurar que la
Junta mantendrá su palabra."
En respuesta a la preocupación que causa la manera actual en que el
Distrito maneja quejas presentadas, la Junta aprobó la expansión de su
línea telefónica de quejas, a la cual la gente podrá llamar para
informar a los agentes sobre contaminantes del aire. El número, (858)
650-4550, hasta ahora ha funcionado de 8 a.m. a 5 p.m. de lunes a viernes.
Pronto tendrá personal que atienda el teléfono las 24 horas del día,
siete días a la semana y tendrá operadores con quien se puedan presentar
quejas en español.
La decisión de la Mesa también significa que la Coalición de Salud
Ambiental y miembros del público deberan permanecer como vigilantes de
las actividades de la APCD y monitorear de cercas las inspecciones y las
tarifas por venir. La coalición también esta renovando su llamada para
la reforma de la Mesa de la APCD, para agrandar su representación para
incluir representantes de ciudades locales al igual que representantes de
la salud pública y expertos del medio ambiente."El Condado de San
Diego aun es el distrito urbano más grande en el estado de tener su mesa
compuesta de solamente representantes del Condado. Cuando decisiones como
esta se hacen en lugares que son hostiles a la participación del público,
es tiempo de diversificar la Mesa", dijo Forbis.
"Yo entiendo que el tener niños correteando mientras se celebra
una audiencia pública puede ser difícil. Sin embargo, no me pareció
justo que se mandara al resto de los miembros de la comunidad al segundo
piso. No había motivo para la discriminación y la mala actitud del
guardia," dijo Estrada.
EHC contrató a la Traductora Gabriela Hussong para que interpretara al
español la audiencia para los miembros de la comunidad que asistieron y
que no entendían inglés. A estas personas se les proporcionaron
audífonos por los cuales podrían recibir la traducción del proceso en
tiempo real. Hussong comenzó a interpretar la audiencia de pie cerca del
frente de la sala, hablando lo más quedo posible y cubriéndose la boca
con algunos papeles para no molestar a la gente a su alrededor.
El comisario forzó a Hussong a cambiarse de lugar dos veces. Primero
la reubicó un piso más arriba a un balcón con paredes de cristal con
vista a la sala. "El sonido en el balcón proveniente de las bocinas
no estaba lo suficientemente alto. Apenas si podía oír lo que se estaba
diciendo en la sala," dijo Hussong. El Supervisor Horn le dijo al
periódico Times que ordenó que se sacara a la traductora porque pensó
que ella estaba hablando por un teléfono celular. Sin embargo, varios
minutos antes de que se sacara a la traductora, Paula Forbis había
hablado con la Secretaria del Condado mostrándole el equipo de
interpretación y explicándole que los audífonos no eran de un teléfono
celular.
Después de preguntarle al comisario si podía regresar a la sala, la
Traductora fue reubicada a un cuarto del otro lado del pasillo de la sala
de la audiencia, desde donde ella continuó interpretando de un monitor.
En el cuarto donde estaba este monitor había gente tratando asuntos y
negocios privados. "La señal de mi radio no salía de ese cuarto,"
dijo Hussong. Hubo por lo menos 30 minutos durante los cuales mi señal no
alcanzó a los miembros de la comunidad porque no podía pasar a través
de los muros del cuarto, cosa que previno a los miembros de la comunidad
de entender lo que se estaba diciendo en la junta." Después, ella se
cambió al pasillo, estirando el cuello para alcanzar a ver el monitor y
continuó interpretando entre la gente que circulaba por el pasillo.
"Esto fue discriminación contra la gente que no entiende inglés,"
ella dijo. "Esta era una audiencia pública y esta gente no tuvo el
mismo derecho a entender lo que se estaba diciendo."
La comunidad se marchó con el corazón roto
El Distrito hace cumplir los reglamentos estatales de contaminación
del aire, expide notificaciones de infracciones e inspecciona las
compañías que contaminan. Cada diez años el estado le hace una
auditoría a la agencia del condado para evaluar sus programas y su
desempeño. La Junta de Recursos del Aire de California le hizo una
auditoría a los programas del Distrito y en junio y julio del 2000
publicó su informe de los hallazgos de la audiencia. Armadas con
información obtenida de la audiencia estatal y con horas de
investigación sobre los problemas que enfrenta San Diego en cuanto a
contaminación del aire, el personal de EHC presentó ante la Junta
recomendaciones para las tan necesarias mejoras a los programas del APCD.
"Por mucho tiempo el APCD ha respondido a los intereses de la
industria de San Diego sin considerar el efecto que esto tiene en
su cumplimiento a las leyes de calidad del aire y el impacto que causa a
la salud pública. El APCD ahora tiene la oportunidad de dar marcha atrás
a esta tendencia y de convertirse en líder en la lucha por lograr aire
limpio en esas comunidades," dijo Paula Forbis ante la Junta. Algunas
personas de la comunidad también ofrecieron su testimonio ante la Junta
sobre el impacto a la salud y al bienestar general que ocasionan las
industrias que infraccionan las leyes de contaminación del aire.
Después del testimonio público comenzó una discusión larga y
tendida entre algunos supervisores y Richard Sommerville, el oficial a
cargo del control de contaminación del aire en el distrito. Al final de
cuentas y aun cuando a veces parecía ser un duro interrogatorio por la
Junta, unánimemente aprobaron las recomendaciones iniciales de su
personal.
"La Junta es muy severa con su personal, pero en realidad, es la
Junta quien establece las pólizas. Ahí comienza y termina el problema de
hacer cumplir la ley," dijo Forbis. "Mientras que la decisión
del día de hoy da inicio al progreso, muchos de los detalles de los
planes de la Junta para mejorar sus programas se están dejando a
discreción del personal," dijo Forbis. "Poner en marcha estos
planes requerirá de vigilancia pública constante para asegurar que la
Junta mantendrá su palabra."