En el siglo 20, la bahía de San Diego sostenía una gran biodiversidad. Después de años de abandono y mala planeación, las industrias contaminaron la bahía con más de 20 clases de contaminantes, pusieron en peligro a las comunidades de alrededor con 36 clases de contaminantes de aire y destruyeron 90 por ciento de las llanuras de marea y 78 por ciento de la marisma salina.