Nadie conoce mejor la lucha de vivir con la contaminación tóxica que los que enfrentan el reto a diario. La EHC cree que las partes afectadas deben tener la oportunidad de expresarse y exigir el cambio. Es por eso que la mayoría de nuestro trabajo se lleva acabo en la región de San Diego/Tijuana en comunidades de bajo ingreso y de color.

Entre los barrios más pobres en la región, los residentes sufren la carga desproporcionada de la contaminación, con altos índices de hospitalizaciones por asma y consecuencias de largo plazo como el cáncer y enfermedades del corazón. Muchos de los residentes son inmigrantes de Latino América, Asia, y África y muchos tienen pocos estudios.

Los problemas en estas comunidades son comunes para muchas comunidades de bajo ingreso y de color: viviendas de calidad inferior, escuelas con sobre cupo, falta de servicios sociales, trabajos mal pagados, industrias contaminantes mezcladas con sitios residenciales y comerciales, transito de camiones industriales, falta de parques y tiendas de comida saludable, contaminación del aire severa y contaminación por plomo en vivienda vieja.

Por parte de y con estas comunidades de bajo ingreso y de color, trabajamos a niveles local, regionales, estatales, nacionales y hasta internacional para educar a los legisladores sobre oportunidades que lograrán nuestras metas y beneficiarán comunidades de bajo ingreso. Compartimos nuestros modelos, aprendemos de otros y fomentamos políticas de justicia ambiental en cada uno de los niveles de gobierno.

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